A las 9:30 estaba en el excalibur donde esperaban David, Angelin, Remi, y Luis Angel, Yesi desde la ventana nos decía adiós que hoy hacía mucho frío para su delicado cuerpecito que aun se recupera de la gripe y que se iba al gym un rato, Total si sólo hacía -5 cº, y esa a sido la temperatura gran parte de la mañana, no hemos superado los 0Cº en ningún momento a excepción de cuando entrabamos por segovia ya a eso de la 13:00.
Enfilamos por el carril bici todos resoplando y quejandonos del frío a buscar a Rodri y Alvaro que nos esperaban en el submarino.
¿ la ruta de hoy? pues no se prevee muy larga ya que David tiene que estar pronto y los demás no rechistamos ni nos quejamos debido al frío, a si que camino de la gallega, ya en el cruce reagrupamos y seguimos por el sendero direcciona la Kamorka , por supuesto por el lado malo
y por fin consigo subirlo sin poner pié hasta arriba.
Como podéis ver , todos al resguardo debido al frío ya que la caseta estaba llena de gente ¿ quizás había rebajas?.
Se preguntaban si no habría alguien con los suficientes arrestos como para cambiarse hoy. ¿ que no? pues el menda se despeloto para cambiarse la camiseta y ponerse algo seco para bajar, mientras Angel distraía a la gente y faltó el gasofa para pasar la gorra.
YA desde aquí y con el frío que hace decidimos bajar por la divisoria de bercial hasta el río y al llegar abajo , los demás no se pero yo no sentía los dedos, hacemos el río hasta Valsain y ya aquí decidimos ir a la Granja a ver si queda algo de la carrera y nos invitan a algo calentito.
Cuando llegamos a la Granja, la carrera ya había terminado y bajamos a la plaza donde están terminando de hacer los bocatas y no nos quieren invitar a uno
a si que desde aquí sin mayor problema nos volvemos a casa prontito.
Como parece que a algunos les ha gustado que ponga el origen de frases hechas que todos empleamos alguna vez, la de hoy va a ser "echarle a uno el muerto"
La expresión echar el muerto y sus variantes echar el muerto a casa, a puerta ajena o al vecino, se utilizan comúnmente para imputar a un tercero la culpa de lo que no ha hecho. Al parecer, el origen de la expresión se remonta a la Edad Media. Según las leyendas medievales, cuando dentro del término de un pueblo aparecía el cadáver de una persona muerta de forma violenta y no se llegaba a esclarecer quién había cometido el asesinato, los habitantes de dicho municipio estaban obligados a pagar una multa. Para evitar saldar la sanción, que se conoce como homicisium, los vecinos aguzaban el ingenio hasta límites insospechados. Uno de los recursos más utilizados era no airear el hallazgo, meter el cadáver o cadáveres en sacos y, en la oscuridad de la noche, arrojarlos en el término de otro pueblo próximo. Echar el muerto a otro pueblo vecino equivalía, pues, a cargarle con la responsabilidad de un crimen y con la multa correspondiente, salvo que se entregara o se capturara al asesino.